MICROCORRIENTES FACIALES

El principio de la terapia de microcorriente
Las microcorrientes trabajan con los procesos naturales del cuerpo, movilizando sus recursos internos. Estimulan la síntesis de proteínas constructoras y aceleran la regeneración de nuevas células de la piel, resultando en su restauración y rejuvenecimiento a nivel celular. A diferencia de los métodos de inyección para corregir los cambios relacionados con la edad, la terapia de microcorriente es indolora, no daña la piel durante el procedimiento y reduce el riesgo de daños e infecciones a cero.

¿Cómo se realiza el procedimiento?
La cosmetóloga realiza el procedimiento en varias etapas:

En primer lugar, se limpia a fondo el rostro de maquillaje y otras impurezas. Se aplica sobre la superficie a tratar un suero conductor con efecto antiinflamatorio, aclarante o tensor.
A través de la zona de impacto se pasa un dispositivo especial que aplica una corriente pulsada débil a las capas profundas de la dermis, superando la barrera protectora. Gracias a esto, el flujo sanguíneo mejora, la microcirculación linfática se acelera y se produce un efecto lifting.
Para consolidar el resultado y lograr un efecto pronunciado del uso de la terapia de microcorriente, es necesario someterse a un curso completo de procedimientos de 7 a 10 sesiones. La cantidad exacta requerida será determinada por el cosmetólogo dependiendo de los problemas existentes y la edad del paciente después de la primera visita a la clínica.